Se dice que “algo”presenta
transparencia cuando deja pasar fácilmente la luz. La transparencia es una
propiedad de la materia, que tiene diversos grados y propiedades. Dicho de otra
forma, es un cuerpo a través del cual pueden verse los objetos con claridad.
El agua es
transparente.
Partimos de lo
básico, de la materia, de lo palpable, pero de otra forma, en una de sus
manifestaciones; transparente.
Es posible que
lo transparente se refleje en otros ámbitos de nuestra existencia???? El ámbito
corporal, la dimensión primera, lo palpable es el límite de lo transparente??
Alguien dice por
ahí cuando algo es claro o fácil de comprender: una idea transparente.
Una idea, un
manifiesto de la voluntad….
En sí, la idea
es totalmente transparente o fruto de la persona que la emite, que la evoca, la
defiende y la lanza como pararrayos para quien desee apoyarse y descansar un
rato dentro de lo que considera o puede considerar como cierto.
Entonces,
podríamos decir que cierta persona es transparente.
Realmente
podemos distinguir la transparencia en una persona? Es probable que las
personas puedan ser transparentes?
Mi abuela dice
que en la mirada, en los ojos... podemos ver el interior el alma de una
persona... y yo le creo...
El color de la
transparencia es la pureza y a través de ella podemos mirar más allá.
Es el sello de
las personas que viven su día a día sin mascaras que son simplemente, ellas
mismas, en cualquier sitio, lugar o circunstancia.
La sinceridad es
uno de los colores que caracterizan este tipo de actitud.
¿Entonces lo
transparente es sincero?
O podríamos
decir, más bien que lo sincero es transparente…
La transparencia
no sólo supone manifestarse uno como es. Una parte fundamental de la misma es decir
las cosas tal y como son. De ahí nace el hecho de decir las cosas de verdad.
Alguien dirá por
otro lado: “La verdad hay que decirla siempre cuidando el modo, la forma y el
interlocutor”.
¿Qué de cierto
tiene esto? O mejor dicho de un modo más intenso: ¿Cuánto de transparente
tendría el decir la verdad de “cierto modo”?
…Ahora
comprendes perfectamente dentro de ti cómo eres, cuál es tu auténtica
naturaleza, comprendes para qué estamos hechos y cómo el apartarnos de nuestro
fin es un sufrimiento en sí mismo. Comprendes que no son tanto las circunstancias
como las intenciones con las que las vives. Antes apenas sabrías consolar a una
persona sino a base de decir manidas frases arquetipo del estilo “el tiempo lo
cura todo” porque realmente carecías de ninguna facultad de consuelo que no
fuera esa y por supuesto, el cariño y calor humanos. Pero ahora observas el
paisaje con los ojos abiertos de par en par. “Ves” los pensamientos de una
persona y comprendes el dolor que causa cada uno de ellos, diferencias las
intenciones bien encaminadas de las torcidas, incluso comprendes cuáles son
intenciones pretendidamente rectas y buenas pero que son puro disfraz de egoísmo…
Sí, las personas
se hacen transparentes, no hay otra manera de decirlo… así que cuando hablas
eres capaz de mostrar la fuente del sufrimiento, y así, al señalar la herida,
proporcionas a la vez la cura, el alivio, la paz.
Pero lo
transparente puede referirse también de otro modo (y del mismo a la vez) a un “espacio”
con características oscilantes, ambiguas en su definición, debido al hecho de
la superposición recíproca de dos o más ideas, verdades, falsedades… en fin.
Lo transparente
también es lo ambiguo, lo ilógico, lo desenfrenado, las dos caras de la moneda,
y ninguna a la vez…
De esta manera,
lo transparente tampoco es completitud, lo transparente, al superponerse,
miente… ¿Será cierto esto?
O será que lo
transparente al apartarse de lo lógico, de lo pensado, de la razón, está en
camino de convertirse en la cumbre del sentimiento, de lo desaprendido, del ser
en sí.
Será que tú
puedes ser transparente cuanto menos tengas cargado… cuantos menos prejuicios
te embarren y te distraigan de lo efímero y eterno de un momento sincero, de
paz… de bienestar… de verdad…
Quiero llevarte
en mis ojos como la ternura que un hombre lleva en su mirada. Mirada viajera
del tiempo retenido, como pupila siempre nueva, contenida, retenida, desnuda y
renovada.